Hace unos días estuve en el colegio Peñacorada de León donde tuve la suerte de reunirme en diversos grupos de alumnos y alumnas; primero, con unos encantadores chicos y chicas de 10-12 años, después con un grupo de adolescentes y, finalmente, con los de bachillerato. Inmediatamente comí y tomé tranquilamente el café y charlé con un nutrido grupo de padres, de profesores de diversos cursos, personal administrativo y, por supuesto, los capellanes del mejor colegio de León.