Como es sabido, el cardenal Newman dejó, entre su producción literaria, el mejor discurso universitario sobre la importancia de los maestros y, sobre todo, subrayó la necesidad de contar con varios de ellos en cada generación y, de ese modo, poder construir una Universidad sólida de que realmente salgan buenas cabezas con capacidad de influir en la construcción, consolidación y desarrollo de la civilización occidental.