El Santo Padre Francisco comenzó su Pontificado con la vitola de lo que se había llamado un “Pontificado de transición”, por la edad que tenía y por su salud pero, una vez más, las teorías fallaron pues este pontificado pasará a la historia por ser uno de los más dinámicos y reformadores de la historia de la Iglesia católica. Indudablemente, la acción del Espíritu Santo sigue siendo capital en la vida de la Iglesia y, empezando por la sonrisa permanente, el papa llegará a cuestiones de gran calado como la reforma de la curia planteada en “Praedicate evangelium” o llamará por teléfono a una persona que necesitaba unas palabras de aliento en su tarea. Efectivamente, el papa está desarrollando una intensa actividad a pesar de la edad, de los achaques de salud y todo con un dinamismo imparable.