Aparte de la
crisis económica, España, y probablemente el resto de Europa, está viviendo una
crisis de Fe y, sobre todo, de coherencia. Según la revista Epoca, en una
magnífica encuesta publicada la semana pasada, solo el 57% de los españoles
cree en Dios. Paradójicamente, de ese 57% el 30% cree en la vida eterna. O sea,
que de todos esos creyentes, el porcentaje de cristianos es bajo.