La sociedad actual está atravesando una profunda crisis de identidad, un momento de serio desconcierto pues, cuando parecía que la guerra y los conflictos armados, eran una cuestión de civilizaciones ancestrales y culturas tercermundistas, hemos visto con asombro como una ideología política concreta surgía repentinamente y con una enorme violencia asestaba un golpe de mano tras otro, mortal y cruel, contra la población civil y militar y, además, en el corazón de Europa.