Se exponen, en el Museo del Prado, los frescos de la capilla dedicada a san Diego de Alcalá en la iglesia de Santiago de los Españoles –hoy iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón– en la romana plaza Navona; iglesia que fue, sobre todo en los siglos XVI a XVIII, punto destacado de la vida religiosa y cultural de la ciudad. A lo largo de la historia, el edificio ha sufrido muchas remodelaciones y la capilla citada, sufragada por Juan Enríquez de Herrera, banquero palentino afincado en Roma, para agradecer la curación milagrosa de su hijo, atribuida a san Diego (canonizado en 1588), ya no existe. La iglesia dejó de pertenecer al patrimonio de España.