En Rusia, con su mujer

Las aventuras de Juan Martínez, de las que habla Chaves Nogales en su libro sobre la revolución rusa, son circunstancias de dos personas. El maestro Juan Martínez ha ido a Europa a ganar dinero con su arte flamenco acompañado de su mujer, Sole, y a pesar de los innumerables problemas sufridos hay algo que nunca queda de lado. Allí están los dos y, aun cuando haya separaciones momentáneas, Juan tiene bien claro que son dos bien unidos. En varias ocasiones hubiera podido solucionar sus peligros actuando por su cuenta, pero jamás se olvida de ella.

Anarquistas y comunistas

En el estudio de la persecución religiosa en las segunda República y la guerra civil española (1931-1939) hay un elemento de capital trascendencia y en el que muchas veces se pasa por encima, se da por sabido o no se le atribuye la importancia que se merece. Me refiero a la enorme diferencia que existía, no solo en el terreno teórico, sino en el práctico, entre el anarquismo y el comunismo, como ideologías fuertemente consolidadas entre las masas obreras y campesinas en la España de aquellos años.

Ser persona

Indudablemente una de las grandes aportaciones a la cultura y a la civilización del llamado mundo occidental, ha sido la admirable conjunción del derecho Romano, la filosofía griega y el evangelio de Jesucristo, especialmente en el concepto de persona humana, es decir, en un sujeto de derechos y obligaciones.

Las memorias de Gibbon

El ilustrado inglés Edward Gibbon (1737-1794), autor de la famosa  obra “Historia de la declinación y caída del Imperio romano”, ha pasado a la historia de las ideas y de la cultura como uno de los más granes calumniadores de la Iglesia a lo largo de la historia, gracias al inesperado “éxito editorial” de una obra verdaderamente insidiosa y malévola, acerca del ocaso del imperio romano en donde se deslizan abiertamente argumentos superficiales y realmente injuriosos dirigidos a provocar desconfianza contra  la Iglesia católica a la que termina por considerar la causante del ocaso y desaparición del imperio romano.

Vocaciones de jóvenes

El día de la gran fiesta de la Purificación, cuando todo el Templo de Jerusalén era un hervidero de personas de toda clase y condición que entraban y salían, Jesús llegó sonriente con sus discípulos y, enseguida, la multitud le reconoció y le rodeaban con gran alegría. De repente, Jesús se paró contempló a aquellos hombres y mujeres a quienes conocía bien, levantó la voz y exclamó: “Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba, El que cree en mí, como dice la Escritura; de lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva” (Io 7, 37).

La locura de la guerra

La historia, sobre todo la más reciente, nos muestra como en el comienzo de las guerras hay, con frecuencia, un hombre ambicioso, ególatra, pero sobre todo loco. Las guerras llevan a la destrucción, a la muerte. Nunca la Humanidad ha presenciado tan en directo el desarrollo de una guerra como la actual de Ucrania. Hay otras guerras en otros puntos del planeta, pero por ser de menor entidad y también por tener muy poca repercusión en Occidente, no las seguimos día a día.

La destrucción del norte de África

Ediciones Ciudad Nueva, en su colección de Patrística ha publicado en castellano la famosa obra del obispo católico Víctor de Vita, editada por primera vez en el siglo V donde se narraba la destrucción de la floreciente civilización del norte de África y, en concreto, de Cartago la ciudad de san Agustín.

Perspectivas históricas sobre la guerra civil

Los catedráticos de Historia Contemporánea, Julio Montero (Universidad internacional de la Rioja) y Javier Cervera (Universidad Francisco de Vitoria) han desarrollado con gran solvencia y manejo de fuentes el amplísimo tema: “Violencia anticlerical en la segunda república y guerra civil española”.

El Pueblo de Dios

Con este atractivo título se recoge en el Concilio Vaticano II, en la Constitución “Lumen Gentium” sobre la Iglesia, una de las varias maneras de expresar la unión entre Cristo y su Iglesia, como lo es también el concepto de Comunión. De hecho, el teólogo Pedro Rodríguez, expresaba que la Iglesia de comunión podría definirse de este modo: “La Comunión de Dios Padre con sus hijos los hombres, y entre sí, en Jesucristo por el Espíritu Santo”.

Hasta que la muerte nos separe

 

Qué bonito e idílico suena y hasta qué punto irreal en los tiempos que corren. Parece mentira que lo que hasta hace no mucho era la ilusión de los jóvenes cuando encontraban una persona con quien compartir su vida, después de un noviazgo prudente, se haya convertido prácticamente en una frase un tanto cursi, algo teórico e increíble. Ocurre con demasiada frecuencia.

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