Es una tradición creciente entre los católicos del mundo entero felicitarse las pascuas de resurrección, e incluso en algunos pueblos y culturas se envían en estas fechas, recordatorios y regalos, todo ello por la profunda e inmensa alegría de la Resurrección del Señor. Ya lo afirmaba san Pablo, “si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe” (1 Cor 15, 14), a lo que podríamos añadir también que al igual que moriremos con Cristo, también resucitaremos con Él. Una verdad consoladora. Lógicamente, en estos días tan señalados de la Pascua, es lógico que nuestra mirada se dirija al tratado de la Escatología, los novísimos, para refrescar estos misterios centrales de nuestra fe y meditarlos.