Con este sugerente título, comienza el profesor de filosofía Simon Critchley de la universidad de Tilburg (Países Bajos), el trabajo. Que deseamos comentar y que desarrollará según el esquema de: “La Fe de los que no tienen Fe”. Desde el comienzo late esta idea de la fe, pues comentando en la introducción de su trabajo, la obra “De profundis” redactada por el agnóstico Oscar Wilde a la salida de la cárcel, glosa la afirmación clave de Jesucristo “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Io 14,6), y señala que “lo que es verdad es, pues, una experiencia de fe, y esto es cierto tanto para los agnósticos y los ateos como para los creyentes. Los que no tienen Fe siguen necesitando una verdad religiosa y un sistema de rituales en los que poder creer” (13).