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Patris Corde (Con corazón de padre)

Pronto se cumplirá el aniversario de la publicación de la Carta Apostólica del papa Francisco Patris Corde, sobre san José, patrono de la Iglesia Universal. Es una meditación del Pontífice en la que pone de manifiesto su amor por el Santo Patriarca. “El objetivo de esta Carta Apostólica –escribe- es que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes”.

Diario en prisión ( y IV)

6. “Son demasiados –escribe Pell-, incluyendo a algunos obispos, los que se han acomodado al declive, y entre ellos los hay que ni siquiera saben dónde está el campo de batalla” (pág.91). “Los sacerdotes son fundamentales en la Iglesia” y “las pruebas demuestran que la ortodoxia de los obispos con un buen seminario atrae vocaciones sacerdotales” (pág.213). "La honestidad personal y la buena voluntad no son excusa para la incompetencia" (pág.211).

Diario en prisión (III)

4. El autor señala la necesidad de un liderazgo y compromiso en la lucha por las ideas: “Los grandes hombres son infrecuentes, pero los líderes son fundamentales” (pág.449). Pide a los católicos que se involucren en la lucha por las ideas: “Las guerras culturales nos obligan a elegir un bando. La lucha es imprescindible” (pág.124). “Que los cristianos expliquemos los motivos por los que actuamos” (pág.456).

Diario en prisión (II)

2. Pell había sido acusado de abusos sexuales a menores. Con motivo de los casos de pedofilia, en Australia se había creado una Comisión para la Verdad, la Justicia y la Sanación, que, según afirma el Cardenal, se limitó a recibir las denuncias sin contrastarlas (pág.56). El Cardenal recuerda que “de los casos de pedofilia denunciados solo un 5% se había producido en el seno de las instituciones” (pág.126). Dicho de otro modo, parece que la mayoría de los abusos sexuales se producen en el entorno más próximo a los menores.

Diario en prisión (I)

El Diario en prisión del cardenal George Pell (Ballarat-Australia, 1941) es denso en ideas, por lo cual es útil sistematizarlas y ordenarlas en apartados.

Agatha Christie y el matrimonio

En su Autobiografía, Agatha Christie hace abundantes consideraciones acerca del matrimonio. El de sus padres había sido un emparejamiento feliz, pero a ella la abandonó su esposo -Archibald Chistie, Archie- después de ocho años de casados, por lo que sus observaciones no son teóricas sino que están tomadas de la experiencia de la autora. Aunque hoy no las admitiríamos en su totalidad vale la pena reproducir algunas de ellas.

Las cartas de Giovanni Papini

Hace años escuché a un sacerdote citar las Cartas del papa Celestino VI a los hombres, de Giovanni Papini. Dado que lo había escuchado en el contexto de una meditación, pensé que sería un libro muy conocido. Pues nada de eso. Nunca más lo he oído mencionar. Lo obtuve, años más tarde, en uno de esos puestos callejeros de libros usados. Se trata de un volumen pequeño, de la Editorial Aguilar, publicado en España en 1954.

Papini y los libros

Giovanni Papini fue un lector empedernido. Esto le llevó -igual que a Borges- a quedarse ciego. En su Exposición personal cuenta cómo se había sentido agobiado por los libros, "hojas secas de la vida, escondidas bajo lomos de oveja" (pág.23). En un arranque de humor escribe:

"Me desagradan los libros impresos. Son demasiados; me rodean cual acreedores desengañados, como jueces sin piedad, cual compañeros opresivos" (pág.56).

Comentar un libro

Un libro se puede comentar desde distintos puntos de vista. En primer lugar se puede considerar su valor literario. Es lo más difícil y conviene dejárselo a los especialistas. No obstante, si un libro nos gusta, si resulta interesante y no apreciamos que le falte o sobre algo, es fácil que su valor literario sea alto. Este criterio se aplica fundamentalmente a las novelas y obras de ficción. En el comentario, por cvonsideración a los que todavía no han leído el libro, es importante no desvelar el final de la narración. La valoración sobre el estilo se aplica también a la poesía.

Escribir en Gilead

En la novela Gilead, de Marilynne Robinson, John Ames es un pastor evangélico que ha vivido solo casi toda su vida. Reflexiona sobre el papel que ha desempeñado la escritura en su vida y en su ministerio (págs.26 y 27):

1. "Mi padre -explica- siempre predicaba a partir de unas notas, yo escribía mis sermones palabra por palabra". Con sencillez concluye que "tal vez trabajé en ellos para mantenerme ocupado".

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