A finales de agosto, me topé casualmente, en una biblioteca particular, con la edición crítica, en cuatro volúmenes, de la Trilogía de los Pizarros de Tirso de Molina, a cargo de Miguel Zugasti, profesor de la Universidad de Navarra, discípulo de Ignacio Arellano, gran experto en el teatro del Siglo de Oro, reconocido dentro y fuera de nuestras fronteras (para mí, resulta incomprensible que el profesor Arellano no sea académico de la lengua). Huelga decir que me llevé prestados los cuatro tomos, que he leído a lo largo de las últimas semanas con sumo interés y agrado.