Carlos Vila-Matas en "El mal de Montano" (2002) aborda la literatura como enfermedad. No es una hipótesis
que se deba desechar, como se comprueba después de la lectura, dificultosa, del
libro. El autor distingue entre el "mal de Montano" en su versión ágrafa: el
escritor se siente invadido intelectualmente por las ideas de otros autores que
suplantan su propio yo y le impiden escribir algo propio. Vila-Matas confiesa
padecer la forma atenuada de la enfermedad, a la cual denomina "mal de
literatura".