El primer volumen del “Diario en prisión” (Palabra, 2021) del cardenal australiano George Pell resulta un testimonio conmovedor y sobrecogedor a la vez. Abarca desde febrero a julio de 2019, cuando es condenado, ingresa en prisión, en régimen de total aislamiento, y está a la espera de la respuesta del Tribunal Supremo de Australia al recurso de apelación contra la sentencia condenatoria, presentado por sus abogados. Conmovedor, porque refleja la bondad y la sencillez de un hombre recto, condenado injustamente, pero que perdona de verdad, sin ningún rencor, que tiene la conciencia tranquila y espera que triunfen la verdad y el bien, pero que sufre más por el daño que su condena pueda ocasionar a la Iglesia que por el atropello sufrido en su persona. Habla del día a día, sin quejarse, a pesar de las incomodidades y privaciones. Reconoce con gran sencillez, sus fallos, por no haberse despertado para poder seguir la misa por un canal de televisión a las seis de la madrugada o por haberse dormido al rezar… Incluye breves reflexiones interesantes sobre la situación de la Iglesia en el mundo entero, sobre la sociedad australiana, sobre su experiencia sacerdotal, sobre el ecumenismo, etc.