Hace unos cuantos años se podía oír de vez en cuando, en el cole o incluso en el ambiente familiar, la frase “niño, eres un maleducado”, porque había formas de hacer incómodas, porque el niño se dejaba llevar por la pereza o porque decía una palabrota… Hoy el asunto es bastante más grave. El problema no es de pequeños detalles de comportamiento, ahora estamos con mucha frecuencia con unos vacíos de formación en cuestiones esenciales de gran calibre y, como consecuencia, unos comportamientos inmorales frecuentes y graves.