Todos somos lectores. Si nos descuidamos, pasamos tiempo, probablemente más del necesario, leyendo y enviando mensajes. Leemos por motivos de trabajo, por cuestiones administrativas, por enterarnos de lo que pasa en el mundo, etc. El profesor lee para poder formar a sus alumnos, el alumno lo que le dice el profesor para aprender y superar los exámenes, el investigador sobre su especialidad... Son lecturas condicionadas por circunstancias muy concretas. Incluso el crítico está muchas veces sometido a las novedades editoriales, a las conmemoraciones y efemérides… Se trata de textos mejores o peores, que suscitan más o menos interés, pero determinados por las necesidades de cada lector.