“Spes non confundit”. La esperanza nunca se pierde, pero qué bien nos viene que nos lo recuerden. En este año santo denominado de la esperanza, tendremos siempre más cerca, más dentro, ese impulso, esa seguridad, esa alegría que procede no de cálculos humanos sino de la confianza en Dios. Por eso el Papa Francisco nos conduce hacia esa alegría de fondo de saber que Dios está siempre con nosotros.