Cuando leo a algunos autores contemporáneos, a veces muy premiados o elogiados, termino a menudo con la impresión de que se trata de variaciones sobre el mismo tema. Me acaba de ocurrir con La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, que me recomendó un amigo. Es una novela original, está bien escrita, aunque unos personajes me han parecido más logrados que otros; y la autora hace una crítica demoledora de la alta burguesía parisina. Hay algún punto de inverosimilitud, pues parece difícil que una portera que no ha podido cursar más que estudios primarios, aunque sea una gran lectora, nos haga digresiones sobre Husserl y otros filósofos.