El día de la Ascensión, el Señor envió a sus discípulos y a sus sucesores a predicar por el mundo entero el Evangelio. Pero, ¿cuál era el programa de formación, el credo, la pastoral de conjunto que había que desarrollar? Sencillamente, se trataba de narrar lo que habían “visto y oído” en los tres años que convivieron con Jesucristo.