Los recuerdos de la infancia se han plasmado en numerosos textos de notable calidad literaria, como, por ejemplo, y sin pretender ser exhaustivo, Un jardín en Brujas de Charles Bertin, La rosa de Camilo José Cela, Una temporada para silbar de Ivan Doig, Año de lobos de Willy Fährrmann, Historias de la Alcarama de Abel Hernández, La gloria de mi padre y El castillo de mi madre de Marcel Pagnol o incluso esta obra maestra que es El camino de Miguel Delibes, que tiene elementos autobiográficos, pero otros que no lo son. A esta breve muestra, que los lectores podrán ampliar, se añade La penumbra que hemos atravesado (Periférica) de la escritora italiana Lalla Romano (1906-2001), que Natalia Zarco acaba de traducir por primera vez al castellano, aunque el texto es de 1964.