En el último discurso de san Juan Pablo II al terminar su periplo por España, en Santiago de Compostela lanzó un grito a toda Europa que merece la pena ser recordado: “Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades” (Juan Pablo II, Discurso europeísta, Santiago de Compostela, 9.XI.1982).